La entrada al tren ya fue emocionante. Gente con sillas, neveras,... A la salida de la estación, grandes carteles para distribuir a los viajeros, barreras, policía... Un control de bolsos para retirar botellas de cristal y alcohol (aunque después del control se vendía alcohol). Miles de personas, principalmente adolescentes. Ellas con vestidos de fiesta, de veranito; ellos, con pantalones cortos y camisetas. En el parque, tiendas de campaña, mantas en el suelo, mucha fiesta, bebida, algo de comida, ruido, mucho ruido...
Poco a poco llegó la noche.
A las 9, el primer espectáculo de fuegos artificiales. Nos contaron que eran los fuegos para los niños. Tras ellos, algunas personas se fueron a casa y, hasta las 12, hubo un cierto goteo de padres cansados y niños. Por el puerto desfilaron barcos con decoración luminosa roja.
A las 12 menos cinco todo el mundo estaba ya emocionado. Nosotros preparamos nuestras uvas (sin pepitas) y nos ingeniamos unas campanadas "personalizadas". Doce segundos antes de las 12 empezamos con nuestras uvas y a las 12 se mezclaron los primeros fuegos, la última uva y las felicitaciones. Los fuegos duraron... ¿20 minutos? Desde nuestra posición veíamos dos de los seis focos de fuegos artificiales y los fuegos que aparecieron en el puente y en los rascacielos de Sydney.
En la tele hemos visto que los seis puntos estaban coordinados y proyectaban los cohetes de manera coordinada junto con música. En YouTube han colgado algunos vídeos pero son un poco largos. Si tenéis ganas de verlos, este es la primera parte de uno de ellos:Espectacular
Cuando terminó, recogimos la tienda, las mantas, las mochilas y a Sara dormida y nos volvimos a la estación. No fue difícil montar en el tren y regresar a Artarmon, pero nos encontramos con un gran atasco en la carretera. Usamos el GPS para buscar una variante pero, aún así, no llegamos hasta las 2 a casa.
Agotados pero contentos.
No comments:
Post a Comment