2 February 2013

Wentworth Falls


On Saturday 15th of December, 23 Spaniards ventured into the Blue Mountains National Park. We walked the National Pass track, (which starts at Wentworth Falls and ends in Conservation Hut) in 2 hours, plus other countless hours at the waterfalls for swimming and eating.

 The day was pleasant, light grey mist drizzled on the foggy blue mountains of Sydney. The weather was perfect, that feeling of not too hot, and not too cold, that 0 degree weather.

We began our descent, through a narrow, nicely crafted trail. Every so often we’d stop by a lookout, absorbing the breathtaking views. After a while of walking, we came across many, many steep, rock steps. Our group trudged the stone staircase, our knees aching with the pressure placed on them, though the cliff-side views were worth the pain.
Finally, the first step of the majestic Wentworth Falls came into view, once there, we settled to eat and to enjoy a freezing swim.

The water was ice-cold, but still many of us took an extremely gratifying swim in the cool, fresh water of the falls. The waterfall itself pelted down with incredible force, and those who had the courage to stand under it, suffered a violent pelting of water, that somehow was rather nice and relaxing, like a massage on your back.
Once lunch was over, we started our trek slowly uphill, leading back to humanity. Past cliffs thriving in lush vegetation, watching white cockatoos soaring high above the ground, their coos echoing across the blue valley, we ventured. Halfway, we came across another waterfall that finished in a deep waterhole, and stopped to observe a group of adventurers abseiling down the running water.

The excursion ended at a café, where all of us, tired and with crimson faces, got to rest and catch our breath.
Only two families were left once we bid farewell to the rest, and we decided to explore the little town of Leura.
Leura is a cute mountain village with a main street swarming with enchanting stores. We inspected the shops and marvelled at objects before picking up the traditional “With the Lot” Aussie burger and headed to Leura Waterfalls picnic area, where we enjoyed our delicious meals.

Lastly, we departed towards the Three Sisters, took panoramic photos and explored the great valley with binoculars.

As we drove back home, the sunset burned in oranges, while a rainbow streaked in the opposite direction. And that’s how we ended our trip, as we travelled back into Sydney, to the city life.

 A group of fantastic people.
Un grupo de gente fantástica
 The blue mountains.
Las montañas azules.
 Endless views.
Vistas infinitas. 
Impressive look out.
Mirador impresionante.

The long stairs.
Las largas escaleras.

 The waterfalls. Victoria and mum at the bottom.
Las cascadas. Victoria y mamá en la base.
 Victoria's massage.
El masaje de Victoria.
 All having fun under the natural shower!!
Todos pasándolo genial bajo la ducha natural!!
Lush forest.
Bosque exuberante.
 More walking...
Seguimos andando...
 A beautiful excursion.
Una excursión preciosa.
Abseiling people.
Gente bajando la catarata.
 Bored men while women shopping. Very considered people in Leura with special designs seats for them...
Hombres aburridos mientras las mujeres compran. Gente muy considerada la de Leura que tienen bancos especialmente diseñados para ellos...
No Photoshop here, they really are blue...
Foto no retocada, realmente son azules...
 The 3 sisters.
Las 3 hermanas.
 Sunset from the car on our way back home.
Puesta de sol desde el coche en marcha, de vuelta a casa.



El sábado 15 de diciembre, 23 españoles se aventuraron en el Parque Nacional de las Montañas Azules. Caminamos por el sendero del “National Pass” (que comienza en las cataratas de Wentworth y finaliza en el “Conservation Hut”) durante dos horas, más otras incontables horas en las cataratas bañándonos y comiendo.

El día fue placentero, una ligera neblina gris cubría las nubladas montañas azules de Sidney. El clima era perfecto, ni frío ni calor, cero grados.

Comenzamos nuestro descenso, a través de un sendero estrecho preciosamente trazado. Cada tanto nos parábamos en un mirador, absorbiendo las vistas que quitaban el aliento. Después de caminar un rato, nos encontramos con muchos, muchos peldaños esculpidos en la roca. Nuestro grupo caminó trabajosamente las escaleras de piedra, nuestras rodillas dolían por la presión sobre ellas, pero las vistas del acantilado hacían que el dolor mereciera la pena.
Finalmente, la primera parte de las majestuosas Cataratas de Wentworth se hizo visible. Una vez allí, nos instalamos para comer y disfrutar de un baño helado.

El agua estaba congelada, pero aun así muchos de nosotros nos dimos un gratificante baño en las frescas aguas de las cataratas. La catarata caía con una increíble fuerza y aquellos que tuvimos el coraje de ponernos debajo sufrimos ese violento chorro de agua, que de alguna forma era bastante agradable y relajante, como un masaje en la espalda.
Cuando acabamos el almuerzo, comenzamos nuestro lento camino montaña arriba, que nos conducía a la humanidad. Para allá íbamos, pasando acantilados cuajados de vegetación exuberante, observando cacatúas blancas volando altas sobre el suelo, con sus chillidos haciendo eco a lo largo del valle.
A mitad de camino, encontramos otra catarata que terminaba en una poza de agua profunda y nos paramos a observar un grupo de aventureros descendiendo por la catarata.

La excursión terminó en un café, donde todos nosotros, cansados y con las caras rojas, descansamos y tomamos aliento.
Sólo dos familias quedaron tras las despedidas y decidimos explorar el pequeño pueblo de Leura.
Leura es una pueblo de montaña muy cuco con una calle principal cuajada de tiendas encantadoras. Miramos las tiendas y nos maravillamos de los objetos antes de coger una hamburguesa tradicional australiana “con todo” y nos fuimos al merendero de las  Cataratas de Leura, donde disfrutamos de nuestras deliciosas comidas.

Finalmente, nos fuimos hacia las Tres Hermanas, tomamos fotos panorámicas y exploramos el gran valle con prismáticos.

Conforme conducíamos a casa, el atardecer ardía en naranjas, mientras que un arco iris brillaba en la dirección opuesta. Y así terminamos la excursión, regresando a Sidney, a nuestra vida urbana.

Desde Enero de 2011, en Español y en Inglés
From January 2011, in English and Spanish

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